Una regla es un principio o condición que rige habitualmente el comportamiento. Podría decirse que es una orientación de que existe una obligación relativa a la conducta, la acción, la práctica o el procedimiento dentro de una determinada actividad o ámbito.

En el contexto empresarial, una regla de negocio sería una condición que debe hacerse cumplir en la realización de la actividad empresarial, por tanto, define o restringe algún aspecto de la empresa.

¿Cómo influyen en la estrategia empresarial?

Desde el punto de vista de un plan de negocios donde se incluye unos fines y los medios para lograr esos fines, las reglas forman parte de los medios que las empresas utilizan para alcanzar sus objetivos. Por esta razón deben tener una motivación explícita y un régimen de aplicación en el que se indiquen las consecuencias que tendría el incumplimiento de la norma.

La buena gestión del conjunto de reglas que se aplican en la empresa puede imponer una política de negocio, ser determinante en la toma de decisiones e inferir nuevos datos a partir de los ya existentes.

¿Cómo puede verse beneficiado mi negocio?

La gestión de las políticas empresariales contribuye en gran medida a una mayor agilidad y flexibilidad. Los sistemas gestores de reglas externalizan la lógica de negocio y la separan de la infraestructura computacional subyacente.

Esto tiene como consecuencia inmediata los siguientes beneficios:

⇨ Plena identificación de reglas. ¿Qué reglas están siendo utilizadas exactamente? Muchas veces no se sabe. Basta con pensar cuántos condicionantes (que en realidad son reglas de negocio) están embebidos en códigos a los cuales solo el personal IT tiene acceso, quedando así ocultas ¡incluso olvidadas!

⇨ Consistencia con la estrategia empresarial. ¿Se está operando bajo conjuntos de reglas diferentes y a menudo conflictivas? ¿Están alineadas con la planificación estratégica de la empresa? Una buena gestión de las reglas de negocio debe permitir tener en consideración las políticas de la empresa.

⇨ Mayor control y gestión a nivel de empresa. Al no requerir de un conocimiento técnico de los sistemas implementados en la organización, los usuarios de negocio pueden directamente gestionar las reglas de manera independiente al resto de sistemas sin correr el riesgo de verse atrapados en metodologías y codificaciones con términos ilegibles.

⇨ Mayor escalabilidad, permitiendo la evolución de las reglas empresariales.

⇨ Anticipación y previsión de supuestos. La posibilidad de creación de escenarios de simulación, al margen de los sistemas implementados actualmente, permite comprobar la respuesta que tendría la organización ante un suceso o evento de negocio.

⇨ Eficiencia. La flexibilidad con la que se pueden ajustar las políticas empresariales permite que la respuesta ante cambios en el sector sea mucho más ágil y rápido.

Consideraciones en la elección de un sistema de gestión de reglas de negocio

Un buen gestor de reglas de negocio debe cubrir las siguientes necesidades:

⇨ Facilitar la gestión del descubrimiento, la actualización, las pruebas, la simulación y el despliegue de reglas.

⇨ Crear y mantener las decisiones empresariales sin necesidad de codificar, es decir, orientado al usuario de negocio.

⇨ Gestión de usuarios basados en roles.

⇨ Actualizar y desplegar en diferentes entornos las políticas empresariales de forma rápida y eficaz.

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